Tras abordar la movilidad cotidiana con un enfoque inclusivo, es momento de reflexionar sobre los destinos que motivan nuestros desplazamientos en el barrio, poniendo atención a los espacios de relación y accesos a equipamientos públicos. ¿Cuáles son los espacios públicos que más frecuentamos (parques, plazas, calles, entornos de equipamientos…)? ¿Son utilizados por personas y generaciones diversas? ¿Qué actividades convergen? ¿Las actividades y las personas cambian durante el día? ¿Cómo nos sentimos en ellos? Una mirada más atenta a nuestra experiencia diaria en estos espacios y al uso que otras personas hacen de ellos, puede aportar claves para valorar si nuestro entorno integra, o por el contrario excluye, las necesidades diversas de las personas que conviven en él.
El pasado 25 de mayo, en el Centro Social Senabre, se desarrolló el Taller de Espacio Público de #GeneraBarri. Una sesión donde participaron vecinos y vecinas de Favara, L’Hort de Senabre y La Creu Coberta, mujeres en más de un 85%, para abordar un análisis con perspectiva de género de los espacios acordados en la sesión anterior. Espacios y lugares que concentran de forma más representativa la vida y las relaciones sociales en estos barrios, aunque no exclusivamente: El Bulevar Sur, la Plaza Segovia, la calle Los Pedrones, el mercado Virgen de la Valvanera y el Parque Santiago Suárez (“Santi”).
Con un planteamiento similar al anterior taller, las asistentes plasmaron sobre un mismo plano sus conocimientos y percepciones de estos espacios, a partir del uso específico que hacen regularmente de ellos. Esta superposición de experiencias permitió valorar en colectivo aspectos relacionados con la calidad de vida en el barrio, ligándolos de forma directa con la calidad del diseño urbano.
La lectura en clave de género de estas vivencias se introdujo de una forma transversal. Por un lado, estableciendo vínculos directos entre los espacios analizados y las actividades ligadas a la gestión de la vida cotidiana. Y por otro, pensando nuestra vivencia del espacio público desde factores como la vitalidad de los entornos que transitamos o donde nos relacionamos regularmente, cómo repercute en nuestro uso y disfrute de ciertos espacios la diversidad de personas o actividades que se alternan en ellos, o por el contrario, si la ausencia o desaparición de algunos usos en determinadas franjas horarias nos condiciona en alguna medida; también, qué factores físicos y perceptuales nos hacen ganar autonomía y seguridad en nuestros trayectos, o por el contrario, condicionan nuestros recorridos o nuestra movilidad; y también, si nos reconocemos en la representación simbólica que de hombres y mujeres se realiza en el espacio público en el que nos relacionamos.